Texto y Fotos: AfroKuba
El Dique do Tororó es uno de los espacios más simbólicos de Salvador de Bahía, tanto por su relevancia histórica como por su profundo significado cultural dentro del universo afrobrasileño. Ubicado cerca del centro de la ciudad, este gran lago artificial no solo es un atractivo turístico, sino también un testimonio vivo del pasado colonial, de las transformaciones urbanas y de la resistencia cultural afrodescendiente en Brasil.

Los orígenes del Dique se remontan al siglo XVII, durante el período colonial portugués. Se creó inicialmente como un reservorio de agua —un embalse— cuya función principal era garantizar el abastecimiento hídrico de la ciudad, así como servir de defensa natural.
El dique estaba vinculado al antiguo Sítio do Tororó, un conjunto de fortificaciones que protegían Salvador, entonces capital del Brasil colonial, de invasiones extranjeras. El sistema hidráulico permitía inundar áreas estratégicas en caso de ataque, actuando como un obstáculo natural.

Originalmente, el área circundante era una zona pantanosa. Con el tiempo se realizaron obras de ingeniería que dieron forma al lago tal como lo conocemos hoy. Su estructura histórica refleja técnicas coloniales de contención y manejo del agua.
Uno de los elementos más famosos del Dique do Tororó son las esculturas de orixás, creadas por el artista bahiano Tati Moreno en 1998.
Se trata de ocho figuras flotantes, de gran tamaño que representan a divinidades del candomblé, religión de origen yoruba profundamente arraigada en Salvador. Entre ellas destacan Oxalá, Iemanjá, Xangô, Oxum, Ogun, Iansã, Oxóssi y Nanã.

Estas esculturas transformaron el dique en un santuario a cielo abierto, donde arte público, espiritualidad y memoria afrobrasileña conviven de forma orgánica.
El conjunto es un poderoso reconocimiento de la herencia africana en Bahía y un símbolo de resistencia cultural frente a siglos de discriminación.
Hoy, el Dique do Tororó es un espacio multifuncional. Un punto destacado en rutas patrimoniales y religiosas. Un lugar frecuentemente utilizado para eventos, caminatas, espectáculos y celebraciones afrobrasileñas.
El Ballet Folclórico da Bahía
El Balé Folclórico da Bahia (BFB) fue creado en 1988 por Walson (Vavá) Botelho y Ninho Reis y desde entonces ha presentado un importante plan de actividades, especialmente premios y giras nacionales e internacionales, y un considerable prestigio reflejado en la respuesta de críticos, público y expertos.

La técnica-interpretativa natural de sus miembros se debe al hecho de que Bahía es la región de Brasil donde podemos encontrar manifestaciones populares en la vida cotidiana de su gente y es por eso que el Balé Folclórico da Bahia eligió tales manifestaciones como tema de su investigación, demostrándolos a través de la danza, la música y otros aspectos que componen el espectáculo, convirtiéndose así en la fuente de la autenticidad de las coreografías presentadas.
En 2003 el Balé Folclórico da Bahia se convirtió en parte de los proyectos sociales de la Fundación Balé Folclórico da Bahia, una institución privada sin fines de lucro creada en ese año con el propósito de ofrecer y mantener una escuela de danza folclórica para estudiantes y profesores de danza donde reciben las más variadas orientaciones en técnica de danza afrobrasileña, ballet clásico, danza moderna, capoeira, música y teatro.

Bajo la dirección artística de José Carlos Santos (Zebrinha) desde 1993, el trabajo realizado por la Fundación BFB ha elevado y mejorado el nivel técnico de sus participantes, resultando en el reconocimiento y cumplidos de los profesionales y críticos de danza más exigentes del mundo, lo que le valió elogios por esta actuación durante 1996 – el «Premio Mambembão» – ofrecido por el Ministerio de Cultura a la mejor preparación técnica de danza en el país ese año.

Para preservar y difundir, en su estado más puro, las principales manifestaciones folclóricas de Bahía, el Balé Folclórico da Bahia ha desarrollado un lenguaje escénico que básicamente parte de los aspectos populares de la cultura bahiana que llegan al mundo contemporáneo, sin perder sus raíces, por lo que no se distancia de la realidad nacional.
Con sede en Salvador, BFB hizo su debut durante el Joinville Dance Festival, incluso antes de su lanzamiento oficial, cuando más de 20.000 personas aplaudieron el espectáculo «Bahía de Todos los Colores». El éxito inmediato se extendió y atrajo invitaciones a presentaciones en otros festivales en todo el país.

Con un programa de actividades siempre programado con mucha anticipación, BFB también se presenta en el Teatro Miguel Santana, sede de la Fundación BFB en Pelourinho, Centro Histórico de Salvador, para satisfacer la demanda de un público que visita Salvador con el deseo de conocer más profundamente la cultura popular bahiana, allí mostrada de manera digna y auténtica.




